lunes, julio 31, 2006

Elegí este nombre como una declaración de intenciones. Nací un 26 de septiembre de 1983, soy libra, símbolo representado por una balanza. Del equilibrio y de la inestabilidad, de la mesura y la desmesura, la acción y la pasividad.
Los que creen en los signos del zodiaco dicen que soy encantador, mi carácter atrae a la gente, seductor por naturaleza, idealista irredento, pacífico, optimista y romántico. Lo malo de los libra, dicen, es que son demasiado inconstantes, indecisos, que pueden cambiar de opinión fácilmente y ser complacientes con los que le rodean.
Eso dicen de mí, y en parte es cierto. Aunque desde este punto declaro que no creo en esto del horóscopo a pies juntillas, es cierto que aquellas personas que conozco y que son de un determinado signo, suelen ser a grandes rasgos tal y como se las define en el zodiaco. Pero, y siempre hay un pero, no suelo fijarme en qué signo es uno u otro, así que son aquellas personas que verdaderamente juzgan al resto de la gente según su signo los que suelen apuntarme: es típico de los piscis, o de los tauros, o de lo leos. Y yo voy, y me lo suelo creer. Típico de los libra, dejarse influir por los demás.

Un blog, o bitácora, nace con la consideración semejante a la de un diario. Y dado a que soy muy inconstante, aunque pretenda escribir una entrada todos los días, sé casi a ciencia cierta, que al final terminaré posponiendo de un día a otro, y habrá días, o incluso semanas (meses en el peor de los casos) en las que no escriba nada. Típico de los libras.

Este blog es la continuación de otro blog, "Púlpito desajustado", que terminé cerrando por desazón, y desánimo. Lo que no significa que siga en su linea, porque voy a dejar de dar rienda suelta a mi escasa vena artística, y procuraré escribir cosas si no amenas, al menos más digeribles o divertidas.

Como decía al principio, de esta declaración de intenciones: titular a mi blog Diario de una balanza, espero poder sacar partido, y si no justificarme, palabra que pretendo desterrar de mi vocabulario, al menos consolarme en mi desdicha cuando recaiga de nuevo en un típico comportamiento de los libra. La inconstancia, por ejemplo.

Algo novedoso. Hablaré más de mí y de lo que me rodea. A ver qué saco en claro. ¡OJO! Esto es completamente nuevo. Así al menos, el carácter que pierde por la periodicidad lo recupera por el carácter de lo que cuento.

Como casi nadie me va leer, animo a todo el que lo haga que deje sus comentarios, así me animo y cuento más cosillas. Venga, que la tasa de conversión: personas que leen - personas que dejan comentario sea alta.

Me despido
calamo currente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Ella necesita el arco iris de esperanza de él. Él necesita el oasis de fiabilidad de ella."